Varios representantes de la Mesa Nacional del Ajo, encabezados por su vicepresidente, Miguel del Pino, y su secretario técnico, Jesús Ángel Peñaranda, han viajado esta semana a Bruselas para trasladar a diferentes representantes de la Comisión Europea y de los partidos políticos que conforman el Parlamento Europeo los problemas que atraviesa el sector del ajo actualmente, como la desaparición de fitosanitarios efectivos en el cultivo del ajo o el continuo incremento de los costes de producción del ajo en España.
Durante esta semana, la expedición de la Mesa Nacional del Ajo se ha reunido con los eurodiputados Clara Aguilera (PSOE), Juan Ignacio Zoido (PP) y Mazaly Aguilar (Vox), así como con Miguel García Navarro, de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea (CE), y con Dominique Dejonckeere, asesora principal de políticas sobre horticultura del Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas Comunitarias (Copa-Cogeca).
Reuniones en las que se han expuesto problemáticas como los productos fitosanitarios que ya se han prohibido o van a prohibirse sin que el sector del ajo cuente aún con sustitutos, poniendo en riesgo la competitividad y capacidad productiva de este cultivo en España. Por ello, desde la Mesa Nacional del Ajo han solicitado tener materias activas efectivas, tanto para el control de las malas hierbas como de las plagas y enfermedades que limitan el cultivo del ajo en España.
El sector ajero también ha trasladado a los representantes europeos el problema que existe con la continua escalada de precios de los insumos, mano de obra, maquinaria y energía, lo que está ocasionando en el ajo un incremento de costes de producción. Un incremento que, teniendo en cuenta los bajos rendimientos por hectárea de la cosecha 2022, señalan, hace que este año se dispare el coste de producción de un kilo entre un 22 y un 41%, con respecto al año anterior.
También han trasladado la preocupación ante la supuesta entrada en Europa de ajo chino congelado (debe estar a -20ºC, al menos), no sujeto a arancel, cuando realmente entra en las condiciones en las que lo hace el ajo fresco (-3 o -4 ºC), lo que implicaría un fraude y una pérdida de ingresos al no pagar el arancel al que estaría sujeto, al ser ajo fresco, de 1,2 €/kg. También en el ámbito del comercio internacional se expuso la creciente entrada de ajo procedente de Egipto en Europa, a precios muy bajos, que denuncian que limita la venta de ajo español a precios rentables para los productores.
Por último, se mostró, a su juicio, el escaso peso del ajo en la cesta de la compra ya que el gasto per cápita en España y Europa está en torno a los 4 euros por persona y año, pero la aportación del ajo económica y socialmente en el medio rural de las zonas productoras de España es enorme, remarcan.
Producción española
El cultivo del ajo en España suma en total en torno a 29.630 hectáreas, con una producción de 309.100 toneladas, tomando los datos de 2021. La mayor parte de la producción española de ajos se exporta a otros países, tanto de la UE, como de fuera de ésta (entre el 55 y el 70 por ciento de la producción se comercializa fuera de España).
La principal zona de producción de ajo en España es Castilla-La Mancha, que según datos de 2021 cuenta con unas 20.860 hectáreas cultivadas, seguida de Andalucía con 5.120 hectáreas, Castilla y León con 1.820, Madrid con 890 y Extremadura con aproximadamente 530 hectáreas.
El cultivo de este producto es un gran generador de puestos de trabajo tanto de manera directa como indirecta. En muchas de las zonas productoras se considera un cultivo social. Cada año, solo el corte y recolección del ajo en el campo genera casi 1.000.000 jornales en España. En total, teniendo en cuenta las labores de manipulación, procesado y comercialización, se generan más de 16.034 empleos directos en el país.