La ola de calor que sufrimos desde hace varias semanas ha sido la más intensa que se ha vivido en un mes de junio en, al menos, los últimos 20 años. Con este escenario, y con la subida del coste de la factura de la luz, es esperable que cada vez más familias tengan dificultades para mantener su hogar a una temperatura adecuada.
Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (diciembre 2020), entre un 9,6 y un 16% de los hogares españoles se encuentran en situación de pobreza energética, lo supone un aumento del 22% con respecto al año anterior. El dato es muy superior entre la población atendida por Cruz Roja, tal y como se detecta de los resultados del análisis de los proyectos de lucha contra la pobreza energética que la Organización Humanitaria llevo a cabo en 2021: hasta un 75% de las familias vulnerables afirman no poder mantener la temperatura adecuada en su vivienda, especialmente en invierno, un 23% de estas familias aseguran no disponer de calefacción frente al 10% que fija el IDEA entre el conjunto de la población nacional, pero también en verano.
En cuanto al consumo eléctrico medio de las familias a lo largo del 2021 se ha situado en torno al 11% por debajo de la media nacional; y esto se produce a pesar de contar con viviendas y equipamientos menos eficientes, por lo que puede deducirse que las familias atendidas no alcanzan el grado de confort necesario y no disponen del mismo número de electrodomésticos que la media nacional.
Asmaa El Hilali, vecina de San Clemente y madre de familia de tres menores de seis, cinco y tres años de edad, es una de las personas que ha asistido a los cuatro Talleres para la Eficiencia Energética que ha impartido, este año, Cruz Roja con el objetivo de que las familias conozcan cómo ahorrar y reducir el coste de su factura energética.
Desde el día en que Asmaa realizó el taller que la Organización realiza en colaboración con Naturgy, aplica las indicaciones aprendidas en esta sesión. Ha sustituido las bombillas convencionales por luces LED que le entregó Cruz Roja en el kit de eficiencia energética y, poco a poco, conforme su economía se lo permite, va cambiando el resto de bombillas con las que cuenta en su casa. Igualmente, utiliza la lavadora o el horno durante el fin de semana y ha separado el frigorífico o la lavadora de la pared para evitar que se recaliente y gaste más energía, consejos sencillos y fáciles de aplicar, pero que, antes de hacer el taller, no conocía. Medidas que, según comenta, han posibilitado que la subida de la factura de la luz, este verano, sea mucho menor de lo esperado, “el incremento en la factura de la luz, estos últimos meses, ha sido de cinco o diez euros, personas que tengo en mi entorno me hablan de una subida de veinte o treinta euros”, afirma esta madre de familia.
Una cantidad que, Asmaa espera se reduzca aún más, ya que gracias a la información proporcionada por Cruz Roja está tramitando el bono social al que desconocía tenía derecho.
La escala de precios de los suministros energéticos que estamos viviendo desde la mitad del 2021 y su crecimiento desde la escalada del conflicto en Ucrania hacen prever a Cruz Roja un posible incremento de pobreza energética en los hogares, una carencia que las familias también sufren en verano, ya que el uso del ventilador y otros electrodomésticos conlleva un aumento del consumo de energía.
Cruz Roja lleva años apoyando a las familias que sufren esta situación a través de un proceso que incluye asesoramiento, talleres, entregas de kits de eficiencia energética y rehabilitaciones energéticas u otras actuaciones en las viviendas.
Cruz Roja asesoró en materia de eficiencia energética a medio centenar de personas vulnerables en Cuenca en 2021, promoviendo un consumo más responsable y respetuoso con el entorno.
Por otro lado, Cruz Roja, constata la necesidad de formación y capacitación en materia energética, tanto para el ahorro y eficiencia en su consumo, como para comprender la propia factura de la luz, ya que el 88% de sus usuarios y usuarias aseguran no entenderla.
En ese sentido, Asmaa El Hilali, afirma que antes de pasar por el taller lo único que entendía de la factura energética es lo que tenía que pagar, pero no comprendía los conceptos por los que se le cobraba.
El ahorro potencial medio por familia atendida por Cruz Roja detectado es de 178 euros al año, correspondiente a un 24% de su factura; esta cifra, especialmente, se debe al alto número de familias con derecho al bono social que no lo están percibiendo, que alcanza el 69%, o a contratos no optimizados (17%). La automatización en la concesión del bono social por criterios de renta, reivindicación de muchas entidades sociales, acabaría en parte con esta situación.
El estudio de Cruz Roja también revela que el 40% de los hogares tienen un frigorífico en mal estado, y un 78% de las viviendas no cuentan con iluminación LED. Ambos factores, por ser tecnologías obsoletas y en mal estado, repercuten directamente en el consumo de las familias. A estas vulnerabilidades también se les suman las humedades en las viviendas, infiltraciones de aire en puertas y ventanas o la falta de agua caliente.
La entrega de material en los kits de eficiencia energética por parte de Cruz Roja y la sustitución de electrodomésticos tiene como objetivo la reducción del consumo y la mejora del confort. Se ha estimado que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que se derivan de estas actuaciones, roza las 999 Toneladas de CO2, equivalente a las emisiones absorbidas por 5.200 árboles en 25 años.