La Catedral de Cuenca tiene previsto iniciar este miércoles el montaje del retablo de San Fabián y San Sebastián una vez finalizada la restauración por parte de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid con la colaboración de la Fundación Iberdrola. La rehabilitación ha sido posible gracias al Dr. Luis Priego Priego y a los alumnos de último curso. El retablo fue desmontado hace tres años para comenzar la restauración y la pandemia ha ralentizado los trabajos.
El director de la seo conquense, Miguel Ángel Albares, no ha dudado en señalar que es uno de los retablos «más exquisitos de toda la Catedral y teníamos muchas ganas de restaurarlo. La restauración ha sido apabullante porque es una pieza de las sensacionales que tenemos en la Catedral. Lo he visto en la Escuela, paso a paso, ayer desembalamos algunas piezas por curiosidad y el resultado es magnífico».
Estas mismas fuentes han indicado que la colaboración con la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid viene de la mano de Luis Priego «que es nuestro conservador-restaurador de referencia en la Catedral y colabora con nosotros desde hace ya treinta años. Es un reputado experto en restauración y con sus alumnos de último curso, los más especializado, realiza restauraciones para la Catedral. Nosotros aportamos nuestras obras de arte de un valor notable y ellos pueden realizar sus prácticas. Y contamos con la especial colaboración de la Fundación Iberdrola con quienes trabajamos en las restauración del retablo de Santa María y Todos los Santos y justo al terminarlo anunciamos que íbamos a poder estaurar este retablo».
Características
El retablo de San Fabián y San Sebastián está adosado a uno de los pilares que forman la girola. Según ha precisado el director de la Catedral, Miguel Ángel Albares, su autor fue Diego de Tiedra, un «fantástico imaginero del siglo XVI que tuvo relación con Alfonso de Berruguete del que aprendió su técnica y el tratamiento compositivo».
El retablo tiene dos cuerpos. En el principal se encuentran las imágenes de los titulares; mientras que en el superior está el Padre Eterno sujetando la Cruz de su hijo. San Fabián está revestido con los atributos episcopales y en su mano izquierda, ase el báculo. San Sebastián, se representa con la iconografía clásica de su muerte; es decir, asaeteado.
En el banco del retablo hay unos relieves que cuentan la Vida de María y Martirio. A destacar también en los bajorrelieves de la siguiente calle, a ambos lados de la hornacina central. Tienen estos unas interesantes escenas: a la izquierda, un eremita en actitud orante; y a la derecha, el Martirio de San Acacio y compañeros que fueron crucificados.