Las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania están llegando a los agricultores y ganaderos conquenses en forma de aumentos del 25% en el precio del pienso y costes de la energía «disparados». Los efectos en la rentabilidad de las explotaciones se ven complementados con la incertidumbre derivada de un panorama político y bélico cambiante.
El secretario general de Asaja Cuenca, Manuel Torrero, apunta que el campo conquense «ya está notando toda esta situación en los costes. La energía está por las nubes, el riego está intratable y prácticamente no se puede poner en marcha ninguna superficie que funcione con energía eléctrica porque se ha triplicado y cuadruplicado las facturas de la luz. Y por otro lado, el gasóleo, tan necesario, y los fertilizantes cuyos precios siguen disparados. Tenemos ganaderos de ordeño de leche de ovino en Cuenca que, algunos, han dejado de ordeñar por el coste de la luz. Hay muchísima preocupación porque nos acercamos a una estimación de cosecha y no sabemos si los precios responderán a los costes que hemos tenido durante estos meses».
Uno de los sectores más sensibles es la ganadería y la influencia que en su alimentación puede tener el déficit de cereal procedente de Ucrania, uno de los principales productores mundiales. «Toda la alimentación de nuestra cabaña ganadera se basa en importaciones de grano. Nosotros somos muy deficitarios en trigo y maíces. El aceite de soja está a 1.800 euros /tonelada. Eso es un disparate. Se nota ya porque se están trasladando los precios al ganadero. En función de la evolución de los precios de los piensos, seguro que ha sido más de un 25%.
Torrero destaca que «aún es pronto para hacer una valoración exacta de cómo va a quedar configurado todo esto pero la situación en el Mar Negro va a cambiar ya para el futuro por el control ruso sobre ese tráfico de mercancías y afectará negativamente tanto en la Unión Europea como en el resto de países del mundo». En este sentido, señala que a guerra iniciada por Rusia va a obligar a plantear un nuevo escenario del mercado del grano a nivel mundial. «La situación en el Mar Negro ha derivado en que las importaciones de Europa se desplacen hacia América del Sur y Estados Unidos en maíz, soja, trigo….y ahora ya se están intentando sustituir esas importaciones que venían del Este. Los precios están muy altos, los mercados están muy inestables y al anunciar la posibilidad de importar desde América del Sur parece que los precios se han estabilizado y se están formalizando compras para el abastecimiento. Pero son momentos muy convulsos».
Nuevo escenario mundial
Así, Torrero avanza que «tendremos que abordar un nuevo escenario en el que la Unión Europea tendrá que reaccionar para intentar recuperar, lo que hemos venido demandando, establecer una política agraria que garantice en la medida de lo posible la soberanía alimentaria de la Unión Europea. Algo que se ha puesto en evidencia, por desgracia, con esta tragedia humanitaria que se está viviendo en Ucrania. Desde la UE se empieza a escuchar que, a lo mejor, hay que empezar a revisar los objetivos de la PAC y en ve de ir dirigido a tanto ‘reverdecimiento’ ir más dirigido a garantizar el abastecimiento de la población».
El aumento del precio del cereal podría beneficiar, en teoría, al agricultor conquense de cara a la próxima cosecha. «En teoría hoy sí pero esto cambia continuamente. Tenemos muchísima preocupación por la situación de la ganadería porque los costes se están transmitiendo directamente a la alimentación animal y los precios que estamos viendo en las cotizaciones del mercado mundial de grano siguen siendo muy altos. Es cierto que se ha estabilizado pero a precios muy elevados y no sabemos cómo van a reaccionar en los próximos meses. Todo depende de lo que ocurra en Ucrania en estos meses y de la capacidad que tengamos para acceder a otros mercados de cereal».