Jaime Ostos, el torero que se sintió culpable por la muerte de Chicuelo II

El torero ecijano mantuvo una relación especial con el conquense Chicuelo II. Además, por culpa de la lluvia, la plaza de toros de Cuenca nunca pudo ver lidiar Ostos

Jaime Ostos
Jaime Ostos / IMAGEN: Jaime Martínez

Se ha conocido la muerte del diestro ecijano Jaime Ostos Carmona a los 90 años de edad en la ciudad colombiana de Bogotá al sufrir un infarto de miocardio mientras dormía. El diestro se encontraba en Colombia para pasar el fin de año junto a su mujer, para presenciar las ferias taurinas de Cali y Manizales. Reconocido en el mundo del toreo estuvo a punto de morir en 1963 después de recibir una fea cornada en Tarazona, Zaragoza. Llegó a recibir la extremaunción, y solo la intervención del doctor Val Carerres le salvó en aquella ocasión. En sus últimos años se convirtió en un personaje fijo de la prensa del corazón, que acaparaba titulares y portadas por sus frases directas y por las polémicas conyugales y políticas que protagonizaba.

Ostos tuvo un vínculo muy especial con un torero muy querido de la provincia de Cuenca, Manuel Jiménez Díaz, más conocido como Chicuelo II. Tanto el torero nacido en Iniesta como el ecijano compartieron numerosos carteles entre las temporadas de 1954 y 1959, donde el torero iniestense forjó su leyenda, primero como novillero -cortando cuatro orejas en Las Ventas en el verano del 1954-, como más tarde de matador.

Cartel de la temporada de 1959 donde Jaime Ostos y Chicuelo II compartieron numerosas tardes como esta / IMAGEN: TODOCOLECCION

Fue en la presentación de los carteles de la Feria de San Julián en Cuenca de 2004 cuando el periodista conquense José Vicente Ávila Martínez entrevistaba al diestro andaluz sobre su relación con la provincia, estrechamente vinculada con Chicuelo II: «Como hombre, extraordinario; como persona, insuperable, y como torero también insuperable. Era un tío digno de admirar, con una vergüenza torera y un sentido de la responsabilidad que pocos toreros pueden tener. Yo le envidiaba«, explicó recordando al maestro conquense fallecido en un accidente de avión en Jamaica en el 21 de enero 1960, hace ya casi 22 años.

Sobre la muerte de Chicuelo II también se pronunció Ostos ante Ávila Martínez, un fallecimiento del que reconoció sentirse en parte culpable. Así explicaba la carambola del destino que llevó al diestro conquense a aquel fatídico avión: «Yo había toreado en Cali tres corridas de toros; cuando vino la empresa a contratarme habían montado una corrida más y entonces yo les dije que quería una corrida de toros más también; no llegamos a un arreglo aunque me pagaban el mismo dinero por las tres que toreando cuatro, y estando comiendo me dijo el empresario: si no vas tú, tengo que darle dos corridas de toros a Chicuelo II y otras dos a Valencia. Así se hizo», expresaba haciendo memoria también de como una avería en el Cadillac azul del diestro conquense provocó la anulación del primer viaje directo hacia Cali y provocó que Chicuelo hiciera escala en Jamaica para ir a Nueva York a conseguir los amortiguadores del vehículo, con la fatídica suerte de que el avión jamás llegó a la ciudad estadounidense, perdiéndose así un ‘gran torero y gran amigo’ en palabras de Jaime Ostos.

Estatua homenaje a Chicuelo II en los aledaños de la Plaza de toros de Albacete

La lluvia privó a Cuenca de ver torear a Jaime Ostos

A pesar de su exitosa trayectoria dentro de los ruedos, y de haber recorrido medio mundo con su capa y espada, la ciudad de Cuenca se quedó sin ver al ecijano pisar la arena de su templo. Hubo oportunidad para ello, ya que Ostos formaba parte en la Feria de San Julián de 1961, en concreto el 4 de septiembre, junto a los diestros Victoriano Valencia y José María Clavel, con toros de Prieto de la Cal. Sin embargo, las incidencias del tiempo, concretamente la lluvia de esa tarde, provocó la suspensión de la corrida y esfumándose así la posibilidad de ver al maestro andaluz en faena en ciudad.