Ventanillas rotas, interior revuelto y pertenencias sustraídas. Es la desagradable sorpresa con la que se encontraron varios conductores que habían aparcado sus coches en un tramo de la calle El Sargal, al lado del polideportivo y de la ribera del río Júcar. Al menos cinco vehículos sufrieron estos actos que debieron producirse en la noche del 30 de diciembre o en la madrugada del 31 y que, aparentemente, llevan la firma de una única persona o de un grupo reducido.
A las ocho de la mañana del último día del año ya se detectaron los daños aunque algunos de afectados se llevaron el el 1 de enero cuando acudieron a recoger el turismo. Lo habían dejado en este lugar más apartado por las prohibiciones de aparcamiento en otras vías debido a la Carrera del Pavo. Es el caso de Paula Gaspar, una joven conquense que ha alertado de la situación en las redes sociales, donde pide ayuda para localizar al culpable y culpables y alerta de los objetos robados, por si alguien los intenta vender.
En declaraciones a Voces de Cuenca, Gaspar señala que los hechos están denunciados ante la Policía Nacional, que ha tomado distintas pruebas, y que agentes de la científica han recabado huellas. Algunas de las pertenencias que se sacaron de los coches estaban tiradas en las inmediaciones, en medio de la calle.