Jorge Juan Orusco Pérez
Frío, viento, temperaturas gélidas bajo un cielo amenazante y plomizo. Así amanecía Priego entre sus dos gigantes pétreos, casi gemelos, que el tiempo y la erosión del Río Escabas horadó para dividir sus entrañas. Es un día grande para Priego, pues después del parón debido a la Covid-19, este año se ha vuelto a vibrar de emoción con la VIII edición de la carrera de la Subida al cerro de La Degollá.
Y esta carrera, que ya es todo un referente a nivel nacional, ha vuelto por todo lo alto y batiendo récords de asistencia y participación. 439 participantes se han dado cita en Priego para participar en esta prueba de trail tan exigente y técnica. Si en la última carrera de 2019 vibramos con Zaid Ait Malek, en la de 2021 hemos disfrutado de lo lindo con el trote ligero y decidido de Adil Moussaoui, vencedor de esta edición.
Desde muy temprano la organización se dedicó a facilitar el acceso a la Plaza Condes de Priego, plaza ya mítica para el deporte, desde donde se daría el pistoletazo de salida. Organización comandada por Ángel Llorens, creador e impulsor de esta prueba, que acompañado de decenas de voluntarios han velado en todo momento de la seguridad de corredores y asistentes. Como una buena orquesta afinada, se han desplegado con el acierto que les da la experiencia facilitando y aconsejando a los corredores los lugares más seguros para atravesarlos.
Cientos de personas han abarrotado gran parte del recorrido de la carrera para animar, apoyar y ayudar. Se ha visto sufrir a los deportistas por unas condiciones atmosféricas tan adversas. Se les ha visto caer y levantarse, llorar y reír y seguir adelante ante todo y todos. Férrea disciplina que hace que los límites entre lo divino y humano se acerquen en una delgada línea divisoria. Ha sido la fiesta del deporte y de la hermandad pues los corredores y corredoras son una familia que todo da y nada pide. Detrás de la competición y su sana competencia están ellos, los únicos protagonistas.
Ésta edición de ‘La Degollá’ deja imágenes inolvidables para el recuerdo, la gloria y el honor de todos los atletas participantes, la emoción del público animando y aplaudiendo, y sí, deja con ganas de más trail, más deporte y más Priego.