Cinco rutas para disfrutar del Día Mundial del Paseo en Cuenca capital

Cinco posibles caminos entre urbanos y naturales que parten desde la ciudad y que permiten hacer deporte de manera tranquila mientras se disfrutan de las vistas

Este miércoles, 19 de junio, se celebra el Día Mundial del Paseo, una celebración creada en 1979 debido a la creciente popularidad del jogging (trote en español). Debido al tamaño y la situación de nuestra ciudad, son numerosas las rutas para caminar que se pueden llevar a cabo en ella, tanto por recorridos urbanos como naturales.

Por ello, desde Voces de Cuenca se ha hecho una pequeña selección de posibles caminos por los que celebrar el Día Mundial del Paseo, añadiendo una descripción y distancia aproximadas, pues todos ellos se pueden alargar o acortar a voluntad, incluso se pueden unir entre ellos para realizar recorridos más largos.

Todo esto son opciones, pues en la web de turismo municipal, hay un apartado de rutas, caminos y senderos que se pueden realizar en la ciudad y en la provincia. Lo mismo sucede con los senderos homologados de la Diputación provincial, también opciones para pasear, aunque bastante más largos de los aquí ofrecidos.

Ronda Oeste.
El recorrido más urbano de esta selección. Comenzando desde la rotonda de acceso al barrio de la Fuente del Oro, junto al colegio homónimo, y llegando a la rotonda de Villa Luz en la avenida de Juan Carlos I. A un ritmo de zancada estándar, se tarda unos 40 minutos en recorrer estos 2,7 kilómetros. Además, si se acaba este recorrido en el punto mencionado, antes de regresar por el mismo camino (pues no es una ruta circular) se puede hacer una parada en alguno de los bares cercanos para tomarse un merecido refrigerio. Evidentemente, se puede ampliar desde cualquiera de sus extremos, ya sea por la Avenida de San Julián o por la del Rey Juan Carlos I o acortar en cualquier punto (por ejemplo, en la rotonda de la Avenida de los Reyes Católicos). Al ser totalmente urbano, es recomendable caminar por esta ruta en las últimas horas de la tarde o primeras de la mañana para evitar el calor.

Júcar urbano.

Este paseo discurre en su práctica totalidad por la ribera del Río Júcar a su paso por Cuenca. Comienza desde el barrio de San Antón, bajando hacia el río y cruzando por un pequeño puente de madera. Además, esta ruta ha sido recientemente rehabilitada y señalizada, por lo que no tiene pérdida. Siguiendo siempre el margen del Júcar (y aprovechando la sombra de los árboles), el camino pasa por debajo del estadio Joaquín Caparrós, del pabellón ‘El Sargal’ y el parque de Los Moralejos. Pasando por debajo de la A-40, se sigue por el camino ‘Alameda del Júcar’ y después por el ‘Viveros’, pasando por detrás del Hospital Recoletas. Aquí hay dos opciones: continuar hasta el final del sendero, que pasa por debajo de la Ronda Oeste y acaba frente al Júcar, o subir hacia la mencionada Ronda y enlazar con la primera ruta o dirigirse a otra parte de la ciudad desde ahí. En total, otros casi 40 minutos para recorrer, en llano, 2,8 kilómetros.

Subida por la Hoz del Huécar.

A partir de aquí comienzan las rutas con más naturaleza y, además, las más exigentes, ya sea por distancia o por altura. Esta, por ejemplo, no es demasiado larga, poco más de un kilómetro y algo menos de media hora si se mantiene el ritmo. Comenzando en la calle Canónigos y pasando bajo el margen urbano del Puente de San Pablo, esta ruta recorre la parte baja de la Hoz del Huécar, caminando bajo el Castillo y sobre las huertas. Poco a poco se va subiendo hasta llegar al antiguo hocino de Federico Muelas, ya en ruinas. Desde ahí se sigue subiendo por el camino (aunque haya alguna bifurcación la dirección es clara) hasta llegar al parking del Castillo, buen lugar para descansar y tomarse un refrigerio. A lo largo de la ruta se puede ir disfrutando de las vistas y, al llegar a la parte alta de la ciudad, se pueden tomar varias decisiones: tomar un autobús para volver a bajar, caminar por la parte antigua de la ciudad, seguir caminando hacia la ermita de San Isidro, en la hoz contraria, o incluso unirlo con la ruta siguiente.

Subida por la Hoz del Júcar

Al igual que la ruta anterior, esta comienza en la parte baja de la ciudad y sube hasta el Castillo, aunque por la Hoz del Júcar. En total, casi un kilómetro y medio y una media hora de marcha. Que comienza en el Parque de la Trinidad, en el paseo fluvial que hay en la parte baja. Siguiendo esta ruta turística, entre caminos de tierra y plataformas de madera se llega a las escaleras que bajan desde la Puerta de San Juan. Al llegar al juego de bolos se llega una bifurcación y se siguen las indicaciones para ir, ya cuesta arriba, al Santuario de Nuestra Señora de las Angustias. Siguiendo por detrás del Santuario, se sigue subiendo cada vez más arriba de la Hoz, hasta llegar a unas sinuosas escaleras que acaban nada más pasar el Arco de Bezudo. Y aquí, una vez finalizada, se presentan las mismas opciones: refrigerio en un bar, bajar caminado o en autobús, o enlazar la ruta con otro camino.

Fuente de Martín Alhaja.

Sin duda, la ruta más larga de las aquí presentadas. Casi una hora de ida y poco más de cuatro kilómetros (sin contar la vuelta) para llegar hasta el destino. Al igual que el itinerario anterior, comienza en el Parque de Trinidad y discurre por el paseo fluvial hasta el juego de bolos. Pero aquí el camino cambia. Simplemente hay que seguir recto. Siempre recto por la orilla del Júcar por ese camino de tierra. Pasar el puente de acceso al Recreo Peral, pasar la antigua central hidroeléctrica, pasar por la orilla contraria de la Playa artificial y seguir caminando hasta llegar a la fuente, que estará a mano derecha. Lo bueno es que la ruta es prácticamente llana (hay cuestas, pero no demasiado pronunciadas) y la mayor parte es en sombra. Una vez en la fuente, lo mejor es beber un poco de agua y descansar. Pero luego hay dos opciones: volver por el mismo camino o seguir caminando y, en la bifurcación, subir por la carretera y acabar en la ermita de San Isidro y el Castillo.